sábado, 13 de diciembre de 2014

LA GENEALOGÍA, UN VIAJE SIN DESTINO

FERNANDO D. ROSSI DELGADO

Ponencia presentada en el I Encuentro de Genealogía Gran Canaria,
en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria,
el 21 de noviembre de 2014.
Publicada en Ponencias del I Encuentro de Genealogía Gran Canaria, nº 1 (2015), p 123-127. Edit. RSEAPGC y Genealogías Canarias. 
Depósito Legal: GC 368-2015

LA GENEALOGÍA, UN VIAJE SIN DESTINO
Intentaremos plasmar, con ejemplos identificables, la interconexión entre familias o estirpes, unas que permanecen en el espacio/tiempo, podríamos decir, con otras que parecen estar de paso; interrumpiendo lo que podría ser “el orden natural de las cosas”.
Todos conocemos numerosos casos de endogamia, nada extraños en el ámbito insular en el que nos encontramos o en zonas aisladas del continente, en los que un apellido determinado tiene una presencia preeminente, en referencia a la población total del lugar, llegando, incluso, a asociarse apellido con lugar; aunque, muy frecuentemente, los individuos no reconozcan vínculos familiares más allá de la tercera generación o la cuarta, como mucho, ignorando o negando un vínculo de sangre real.
Nos es también familiar la presencia de estirpes que permanecen vinculadas, generación tras generación, a una misma zona o territorio o área de influencia algo más amplia, afirmando su prevalencia con uniones de sangre y territoriales con otras familias de características similares. Tal vez en esta categoría podríamos incluir, por distintas razones a los Delgado1 o los del Castillo-Olivares2.
Escudo de armas de Lorenzo del C-O
Los Del Castillo-Olivares, por ejemplo, como todos sabemos, son un linaje, fruto del entronque de dos; los Del Castillo, que trajo el vallisoletano Hernán García del Castillo al desembarcar en Canaria para participar en su conquista, con los Olivares, que llegan las islas portado por Alfonso Sanz de Olivares a principios del S. XVI. Entronque que se produce a mediados del S. XVI, en 1548, con el nacimiento de Alonso Olivares del Castillo Maldonado que se casa con Teresa de Muxica Lezcano, cuya descendencia la continua Lorenzo del Castillo-Olivares Maldonado y Lezcano3, que fue el primer Del Castillo-Olivares (1590). Desde entonces, esta doble estirpe está presente en la isla de Gran Canaria.
Pero también existe otro grupo de apellidos o estirpes que, por causas que no somos capaces de determinar, abandonan el territorio habitual en que estuvieron asentados durante generaciones para adentrarse en un casi permanente cambio de residencia o asentamiento, cruzándose constantemente con otras arraigadas.
Para ilustrar a este último grupo vamos a hacer un recorrido que, desde el reino del Piamonte, pasando por la Andalucía hispana, nos acercará a las Islas Canarias; todo ello acotado en un periodo de apenas ciento diez años, entre 1835 y 1945; saldremos de las fronteras reconocidas como estatales para regresar más tarde y movernos en su interior.
Nuestro experimento arranca el 12 de junio de 1835, año en el que se inscribe el nacimiento de Giulio Gioseppe Rossi Ferraroli, el primer vástago de una familia afincada en Berzonno, un pequeño pueblo del municipio de Pogno, en la Novara piamontesa; probablente esta localización es anterior al propio momento de la formación de este apellido, que, por otro lado, nos habla de una cualidad física, en este caso el color del pelo y que se inicia con la forma de RUBIUS4, evolucionando hasta la actual grafía: ROSSI, DE ROSSI, DEI ROSSI…
En pocos años lo volvemos a encontrar en el reino de España, sin que sepamos de una razón familiar para ese traslado y, en cualquier caso, totalmente desvinculado del proceso de repoblación de Andalucía promovida por la Corona de España.
Desde las hermosas laderas que rodean el lago D`Orta, concretamente dell piccolo paese di Pogno, esta estirpe de los ROSSI viaja hasta Granada, a donde llegó sin cargas familiares y en donde contrae matrimonio con una mujer, 16 años más joven, María Josefa Amigó y Prado, nacida en la misma Fuente Vaqueros que todos recordamos vinculada al eterno Lorca.
Poco tiempo después atraviesan Andalucía para establecerse en Cádiz; donde ambos
terminarían sus días. Porque, mientras María Josefa fallece en 1885, como una de las numerosas víctimas de la epidemia de cólera que azotó esta zona de España al finales de los ochenta del S. XIX, el óbito de Giulio tiene lugar dos años más tarde, en 1887, a bordo del vapor “La Habana”, durante la travesía desde La Habana a San Sebastián, a consecuencia de una peritonitis5. Que sepamos dejan en tierra, al menos a tres hijos Isabel, Candelaria y Carlos-Julio, con el que continuamos nuestro periplo.
Porque, efectivamente, al igual que su padre, Carlos-Julio de la Santísima Trinidad Rossi y Amigó, que había nacido en Granada en 1864, se casa ya en otra ciudad, a la edad de 26 años, en 1890 con la gaditana María del Carmen Bernarda Agudo y Gallardo, cinco años más joven (1869).
Un extraño gen mutado hace que no mantengan esta residencia por mucho tiempo, ya que sólo un año más tarde nace Julio Rossi y Agudo, el primer hijo de este matrimonio al poco de cambiar su residencia gaditana por ciudad de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, tal y como podemos comprobar en los libros sacramentales de la iglesia matriz de Nuestra Señora de la Concepción de dicha ciudad.
Es en esta ciudad donde Carlos-Julio desarrolla una rápida y permanente actividad empresarial, con la que pareciera que iba a terminar el “viaje” de los ROSSI. Comienza por establecerse en la céntrica calle de Cruz Verde, que aún hoy existe y abre en la calle del Norte el que podría ser uno de los primeros establecimientos de servicio a domicilio: EL BOSQUE, casa de comidas, que es como se publicitaba en El Diario de Tenerife en 1895.
Pleno de inquietud empresarial, suma a esta actividad otras como la compra del antiguo café Tres de Mayo, en la plaza de la Constitución, a la que anexa el restaurante, en 1905: Su situación tan céntrica es un atractivo más para el público y especialmente para los forasteros que en tan gran número acuden diariamente a la población, diría el propio Diario de Tenerife. Aparece también como titular del hotel Central, Rossi o Niza situado en la plaza del Príncipe número 29. 
Todos éstos parecen ser síntomas de una estabilidad que no hacían presagiar que, avanzado el primer cuarto del siglo XX, tal vez como avanzadilla de la internacionalización empresarial, se traslada por una temporada a la ciudad de Las Palmas, en donde se había
hecho con la titularidad otro establecimiento hotelero.
Esta estancia la hace acompañado de su esposa y alguna de sus hijas, siendo éste, probablemente, el origen de un vínculo más permanente de los ROSSI, con esta isla, en el futuro. El hecho es que esta aventura no dura mucho y la familia regresa a Santa Cruz de Tenerife, continuando con las actividades y establecimientos ya mencionados, en los que, con frecuencia, las organizaciones republicanas y hasta el propio Ayuntamiento celebraban diversos actos.
Sin duda un síntoma de integración y estabilidad social, probablemente no el mayor pero sí uno que podemos entender como destacable, es el desempeño de cargos de responsabilidad pública. Éste es el caso del Carlos-Julio que a finales de los años veinte del pasado siglo fue concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Pero no.
Carlos-Julio debió pensar que su estancia en una misma ciudad, aunque salpicada de constantes viajes a Las Palmas o a Cádiz, se alargaba en demasía, porque, inesperadamente, se deshace de todas sus propiedades y se traslada con casi toda su familia a la capital del reino, en la que, en palabras del diario ABC, en 1945 falleció el caballero español Carlos Rossi.
En estos ciento diez años que enmarcan el nacimiento del italiano Giulio Rossi Ferraroli y el fallecimiento del hispano-italiano Carlos-Julio hemos podido participar de un viaje que comenzó en el Reino de Cerdeña-Piamonte, puesto que la unificación aún o se había producido y, por lo tanto, Italia como Estado no existía; hemos sido testigos de las consecuencias de las epidemias que tan frecuentes fueron durante el S.XIX. 
Atravesamos Andalucía de un extremo al otro; participamos de un crucero que nos llevó a la isla de Tenerife, donde se levanta un pequeño imperio empresarial y en la que la familia ROSSI se convierte en un elemento destacado de la sociedad6 y al que se da portazo para terminar en una ciudad, Madrid, a la que nada le unía, pasando una guerra con la familia dividida. Tres reinos, una república, seis ciudades, han formado parte de nuestro recorrido.
Si lo dejáramos aquí no podríamos confirmar nuestra afirmación de que esta familia, ésta estirpe, pertenece al grupo de los que no permanecen mucho tiempo en un mismo lugar. La respuesta que debemos dar es que la estabilidad residencial se ha obtenido con los matrimonios de las mujeres pero, no así en todos los casos, cuando hablamos de los portadores del apellido en primer lugar, es decir,
Mencionamos más arriba a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, pues bien el matrimonio de María Josefa Rossi y Agudo con Domingo Sánchez Talavera, nacido en Las Palmas, marca la presencia temporal de este apellido en dicha ciudad. De la unión de los Sánchez-Rossi descienden los Medina-Sánchez, los Vázquez-Medina, los Medina-Clason, los Medina-Vila, los Medina-Álvarez.
O los Fierro-Sánchez, Fierro-González, Arteaga-Fierro (en esta familia se produce la unión con los Martínez-Barona de La Orotava, lo que provoca una de esos saltos tan habituales en la genealogía que lleva a varios miembros de la misma familia por distinta línea a encontrarse, aunque no necesariamente a conocerse, en un mismo lugar. Es el caso de Álvaro Martínez-Barona Arteaga y de Beneharo y Gara Rossi González, los tres descendientes de Giulio y nacidos y residentes en la Villa de La Orotava.
Son también descendientes los Martín-Fierro, los Carrillo-Martín, los Del Toro-Martín, los Martínez de Lagos-Fierro, los Fierro-Martínez, los Fierro-Repetto, los Sánchez-Stéfani, los Sánchez-Del Castillo-Olivares. Precisamente aquí se repite el cruce del que ya hemos hablado entre las familias que permanecen estables en un mismo territorio y aquellas otras que trocan constantemente la residencia, cruzándose con las anteriores en su viaje. Esta familia se une a los descendientes de Rossi a través de María de los Dolores Del Castillo-Olivares Santos, que viene por la línea de Antonio de Padua del Castillo-Olivares y Matos.
Descienden también los Valdivieso-Sánchez, los Valdivieso-Lemés, los Valdivieso-Aguilar, los Valdivieso-Peñate, los Valdivieso-Trujillo.
Los descendientes de los hijos e hijas emigrados con Carlos-Julio a Madrid han permanecido, en términos generales estables en Madrid y sus alrededores. Sin embargo, de los descendientes del primogénito de Carlos-Julio, en este caso Julio, a secas, de nuevo no podemos decir lo mismo. Sólo dos de sus hijos han tenido descendencia.
Del segundo, Mario-Víctor Rossi Salas, todos sus hijos han protagonizado una pequeña migración, al municipio de Granadilla tres de ellas y a la Laguna el cuarto. De él descienden los Rossi-Morales, González-Rossi y los García Rossi.Del primer hijo, de nuevo Julio7, descienden los ROSSI-Delgado, cruzándose de nuevo con una conocida familia, lógicamente no todos los Delgado son familia, pero estos en particular entroncan con los Delgado-Del Castillo, de una de cuyas líneas viene el conocido político canario Secundino Delgado Rodríguez, hermano que fue de Arturo Delgado, que ocupó un puesto de concejal, igual que hiciera Carlos-Julio, en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Casi sesenta años más tarde un Ross-Delgado, descendiente de ambas estirpes, volvería a sentarse en el mismo escaño municipal.
De los Rossi-Delgado una mantiene su residencia en Santa Cruz de Tenerife; otro, que ha formado la familia Rossi-García, mudándose a San Cristóbal de a La Laguna; un tercero enlaza con una familia catalana de origen andaluz y forma la familia Rossi-González cambiando su residencia a la Villa de La Orotava, coincidiendo, como ya dijimos con descendientes de los Sanchez-Rossi y Del Castillo-Olivares.
Pero, sin duda, la cuarta, parece haber atesorado el gen viajero, porque, desde hace más de veinte años mudó la apacible vida de Santa Cruz de Tenerife por la señorial y majestuosa existencia en la ciudad de Torino; involuntaria y casualmente a sólo 150 kilómetros del Pogno, el piccolo paese en el que dio comienzo nuestro viaje en 1835. Y aún continúa...

NOTAS
1 Según el Instituto Nacional de Estadística de España, la provincia de Santa Cruz de Tenerife agrupa la mayor concentración de portadores del apellido Delgado, llegando, entre los que lo llevan de primero, los que lo portan en segundo lugar y los que lo repiten, a la cifra de 18613 individuos, según datos a 22 de mayo de 2014.
2 Los del Castillo-Olivares no alcanzan el centenar de individuos vivos y aunque tienen la residencia repartida entre Madrid, Las Palmas y Valencia, el nacimiento de la mayoría se centra en las dos primeras provincias. Igualmente, según datos del INE, a 22 de mayo de 2014.
3 En su escudo, las armas de los Olivares vienen representadas en el cuarto cuartel y las de los Del Castillo en el segundo.
4 Un ejemplo de lo que decimos lo hemos encontrado en el acta de bautizo del Giulio Rossi, nacido en 1655 en Berzono y ascendiente del Guiulio Giossppe con el que comenzamos nuestro viaje, en el que se puede apreciar que el apellido presenta aún una forma arcaica.
5 En el certificado de defunción, firmado por el capitán G. Cebada, nos da puntual indicación del lugar exacto en que se encontraban en el momento de la defunción: Latitud N, 380, 31´.0´´, Longitud O, 530, 50´,0´´.
6 La boda de su hija Margaria Rossi Agudo fue un ejemplo de lo que decimos. El hecho, que tuvo lugar el 10 de marzo de 1920 a las 15:30 horas, fue recogido por el diario “El Progreo” y Bendijo el enlace el párroco de San Francisco don Juan Batista Fuentes y actuaron de padrinos la simpática señorita Elena Tavío, en representación de su señora madre y del consejero de este Cabildo Insular, don José Tavío. Fué testigo por parte de la novia: don Félix O'Shea Arrieta, teniente coronel de Caballería, don Eladio Ruiz Frías, concejal de este Ayuntamiento y don Teodomiro Bravo; y por parte del novio, el ayudante del excelentísimo Sr. Capitán General, don Ángel Guinea; don Rosendo Maury, teniente coronel de Artillería; don Juan Más del Rivero, capitán de artillería y don Juan Larrey, ayudante de la Sesión Agronómica.
7 En realidad su nombre completo es Flavio Julio Benardino.

 

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