viernes, 28 de noviembre de 2014

UNA ASCENDENCIA CANARIA DE CINCO SIGLOS: ADN E HISTORIA FAMILIAR ( I )

FANEQUE HERNÁNDEZ BAUTISTA

Ponencia presentada en el I Encuentro de Genealogía Gran Canaria, 
celebrado en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, 
el 22 de noviembre de 2014.
Publicada en Ponencias del I Encuentro de Genealogía Gran Canaria, nº 1 (2015), p 89-114. Edit. RSEAPGC y Genealogías Canarias. 
Depósito Legal: GC 368-2015

SINOPSIS
Partiendo del análisis de ADN de los ocho bisabuelos de mis hijos y de los correspondientes estudios genealógicos en los que llevo años enfrascado, el objetivo de esta ponencia ha sido alcanzar, cuando fue posible, sus ascendientes directos de la generación del 1500, en los difíciles momentos de la transición entre el mundo indígena y el colonial, poniendo en común lo que nos dice la historia y la genética acerca de estas personas que vivieron en las Islas hace cinco siglos y que son los ancestros de todos los grancanarios de hoy.

INTRODUCCIÓN
Son ya más de 30 los artículos o post publicados bajo el epígrafe: “Una ascendencia canaria de cinco siglos” en el blog Genealogías Canarias. En ellos se ofrece el estudio de diversos linajes, generalmente mixtos, en los que, con la muy apreciada colaboración de Juan Ramón García Torres, hemos podido sustentar documentalmente un viaje de cinco siglos por las historia de las islas hasta alcanzar la generación del 1500, es decir, aquellas personas que formando parte de nuestra ascendencia eran ya adultas en ese año por lo que vivieron de cerca los avatares de la irrupción colonial y la aculturación de los indígenas.
CLASIFICACIÓN DE ALGUNOS DE LOS LINAJES ESTUDIADOS EN FUNCIÓN DEL ORIGEN DE LOS VARONES
PROCEDENTES DE CASTILLA
HOMBRES DE LAS ISLAS
PROCEDENTES DE PORTUGAL
PROCEDENTES DE GÉNOVA
INDÍGENAS CANARIOS
En este trabajo nos vamos a centrar sin embargo en ocho linajes rectos: cuatro por línea de varón (patrilineales) y cuatro por línea de mujer (matrilineales) que se corresponden con los ocho bisabuelos de los hijos de quien esto escribe.
El póster familiar que ven a continuación nos identifica, en las columnas que quedan a derecha e izquierda, a los ocho personajes cuyo linaje queremos trazar:

Señalaremos en el cuadro siguiente a los ocho protagonistas de este trabajo con indicación del haplotipo correspondiente del cromosoma Y si son varones o de su haplotipo de ADN mitocondrial si son mujeres. Precisamos en este punto que dicha información se ha obtenido a partir del análisis de ADN de algunos de sus descendientes directos. Mi padre Lorenzo Hernández que aún nos vive nos aportó los linajes de su padre y de su madre y mi suegro nos aportó antes de fallecer el año pasado la identificación genética de sus respectivos padres. En el caso de mis abuelos maternos mi propio análisis me indicó el ADN mitocondrial de mi madre y por ende el de mi abuela América.
Para conocer el haplotipo de mi abuelo materno tuve que recurrir a la colaboración de un primo hermano, hijo varón del único de los hermanos de mi madre que tuvo descendencia masculina. En el caso de los abuelos maternos de mi esposa el haplotipo femenino se obtuvo a partir del análisis de ADN de mi hija Nayra que es el mismo que el de su madre, de su abuela y de su bisabuela. Y por el otro lado el masculino se obtuvo a partir de una muestra de saliva de un primo hermano de mi mujer, hijo varón de un tío suyo.
Los seis análisis antedichos fueron realizados por la empresa norteamericana 23andme previo pago de las cantidades solicitadas, en torno a 99 dólares por kit, cantidad que se vio incrementada en casi 80 dólares por unidad por gastos de envío y retorno de la muestra. Es decir, que el presupuesto asignado a esta parte del estudio ha supuesto una inversión cercana a los 1000 dólares, es decir, algo más de 800 euros.


Como señalaremos a continuación la vecindad y ocupación de los ocho personajes protagonistas del estudio en el siglo XX y de sus últimos ascendientes directos hasta el momento conocidos en el siglo XVI.

I. MARCADORES UNIPARENTALES
A. LOS LINAJES MATERNOS (ADN MITOCONDRIAL)
Comenzaremos nuestro estudio por los linajes rectos matrilineales de las cuatro bisabuelas de mis hijos. El siguiente cuadro nos muestra la frecuencia de los haplogrupos analizados en una muestra de 65 restos humanos indígenas de varias islas, de 128 restos humanos de la población que fue enterrada en el camposanto de la iglesia de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife durante los siglos XVII y XVIII y en un estudio de la población actual de las siete islas con una muestra amplia de 300 personas.
1. DOÑA AMÉRICA GONZÁLEZ DOMÍNGUEZ

¿QUÉ SABEMOS DE ESTE HAPLOTIPO MT DNA J2A2?
El haplogrupo J2 tuvo su origen en Próximo Oriente o Egipto hace al menos 20 mil años. Aunque es raro en Europa algunos de sus linajes son específicos de poblaciones europeas. Otros son propios de poblaciones de Próximo Oriente como los sirios.
El subgrupo J2a parece ser originario de Europa. Hace unos 5000 años comenzó a extenderse, quizá desde los Balcanes, por el área alpina de Europa central. Entonces el grupo se dividió con una rama migrando hacia el sur hacia las penínsulas itálica e ibérica y otra hacia el norte dirigió hacia Escandinavia.
En el mapa de distribución de este haplogrupo puede observarse una leve concentración en Tunicia y otra en Iberia meridional. Dada la rareza de este haplotipo y la cortedad de la muestra prehispánica no podemos aventurar si nuestra ascendiente tiene origen ibérico o norteafricano. Si fuera indígena podría relacionarse con la primera colonización de las islas en época anterior a nuestra era que partió desde puertos mediterráneos. Si fuera de origen ibérico podría ser una pobladora proveniente de Andalucía o del sur de Portugal.
Lamentablemente, nuestras pesquisas genealógicas no han podido resolver esa cuestión pues estamos parados a fines del siglo XVI en Ana de los Reyes. Nos faltan unas cuatro generaciones para alcanzar la del 1500.
¿QUÉ SABEMOS DE ANA DE LOS REYES?
Por lo pronto sabemos que esta señora, que debió nacer sobre el 1600, vivió en el Lugarejo de Tirajana (hoy Santa Lucía) en el lugar conocido como El Higueral; que casó extrañamente con permiso del Provisor en El Sagrario de Las Palmas y no en la iglesia de Tunte, con Luis Jiménez con el que tuvo tres hijas: Juana del Rosario (1623), que casará en 1645 con José González, Inés Matías (n 1627) que casará con Francisco Hernández en 1644, y por último María Ramos nuestra ascendiente (n 1638) que casará con Andrés Lorenzo en 1657; y asimismo sabemos que el matrimonio era ciertamente humilde aunque posee ciertas tierras montuosas como las que otorga Ana de los Reyes a la iglesia en su memoria de testamento y algunas casas en El Lugarejo como aquellas con las que dotó a sus hijas para casarse.
Precisamente el apellido de una de sus hijas, Inés Matías, es la mejor pista que tenemos para darle continuidad a este linaje. Creemos, es solo una conjetura, que Ana de los Reyes es la hija de Luisa Matías, vecina de Tirajana, y de su esposo Pedro Sánchez, hijo de Pedro Sánchez y de Francisca Pérez. Este sería el esquema de su ascendencia si pudiéramos confirmar el entronque, cosa que no nos ha sido posible. Con ello habríamos logrado avanzar dos generaciones más hasta mediados de siglo.
La pareja forma por Alonso Pérez Magaz y María Martín carga con una historia familiar a cuestas que podría explicar el hecho de que sus descendientes, durante varias generaciones, hayan tenido que casarse en Las Palmas previo permiso del provisor. Prometemos contar esa truculenta historia en uno de nuestros próximos artículos genealógicos.
Otra posibilidad que podría considerarse es la de que Ana sea hija del matrimonio formado por Inés Matías y Pedro Perdomo Ortiz. En ese caso la ascendencia materna tendría continuidad con Francisca de Almeida casada con Juan León de quien sabemos que era vecino de Telde a principios del siglo, que era boyero del Concejo y que solicitó tierras en repartimiento en los pajonales de Agüimes que dan hacia Temisas.

2. MARÍA DEL PINO HERRERA DOMÍNGUEZ







 
¿QUÉ SABEMOS DEL HAPLOTIPO U4?
El Haplogrupo U4 parece haberse originado hace unos 25 mil años con posterioridad a la colonización inicial de las llanuras de Europa Oriental que tuvo lugar en torno a 45 mil atrás. Durante los periodos más antiguos de la Edad del Hielo pequeños grupos de estas poblaciones fueron empujados hacia las regiones menos frías del sur confinándose en el sureste de Europa y las montañas del Cáucaso. Hoy U4 es muy común entre las poblaciones del suroeste de Siberia donde puede constituir el 25% de la población. También puede ser encontrado en aunque en menores proporciones en la región del Volga y del Ural de Rusia así como en la poblaciones de Estonia y Finlandia que bordean el Báltico extendiéndose luego por el Atlántico hacia Suecia, Francia y Gran Bretaña. 
En el mapa de distribución de este grupo con antelación a los viajes intercontinentales puede observarse una bolsa de estas poblaciones en el suroeste de la península Ibérica cuyo origen dicen los expertos pudiera estar en las migraciones atlánticas de pueblos nórdicos que irrumpieron Guadalquivir arriba. Como en el caso anterior, nuestras pesquisas genealógicas no han podido culminar por el momento el objetivo planteado de modo que estamos parados en una mujer llamada Leonor Flores que ha nacido sobre 1610 y que fallece en Tejeda en 1680
A la vista de esta información debemos pensar que la ascendiente de Leonor Flores cuatro generaciones atrás debió provenir de Andalucía occidental o del sur de Portugal pues tiene un haplotipo caracterizadamente europeo sin que exista constancia de la presencia del mismo en el África septentrional de donde procede con toda certeza la población indígena canaria.
¿QUÉ SABEMOS DE LEONOR FLORES?
Tenemos constancia de que Leonor tiene una hermana mayor llamada María de Flores que le lega algunas propiedades en una memoria de testamento que, tal y como se señala en la partida de defunción, fue registrada en el archivo parroquial de Tejeda. Leonor fallecerá dos años más tarde que su hermana, en 1680. Sabemos asimismo que Leonor estuvo casada con un tal Andrés Aparicio y que con él tuvo y bautizó en la iglesia de Tejeda a los siguientes hijos: Francisca Flores nacida en 1644 y casada en 1662 con Salvador López; Bartolomé Flores nacido en 1647 y fallecido soltero en 1682; Ana de Flores nuestra ascendiente, nacida en 1651 y casada en 1672 con Fernando de Góngora; Gregorio Flores nacido en 1656 y casado en 1688 con María Jiménez; y por último Domingo Flores nacido en 1659 de quien desconocemos las circunstancias de su vida.
El apellido Flores hemos podido comprobar que se repite con relativa frecuencia durante el siglo XVI en la isla, tanto en las comarcas norteñas como sureñas y cumbreras. Son familias no enlazadas entre sí lo que nos ha dificultado la tarea. Nuestra conjetura más firme, sin tenerla afianzada, se dirige hacia Agüimes donde tenemos a una Leonor bautizada en 1631, hija de Isabel de Flores y de Melchor González. Esta pareja tuvo al menos nueve hijos entre los que aparecen nombres familiares como María y Domingo. La pega más importante para establecer esta conexión es que si esta es la Leonor que casa con Andrés Aparicio habría tenido a su hija Francisca con menos de 14 años, lo que es posible pero anómalo.
De confirmarse este entronque podríamos completar la serie hasta casi llegar al 1500 pues existe documentación de apoyo para ello. Este sería la expresión gráfica de nuestra conjetura:
 Otra posibilidad de entronque nos lleva hasta la iglesia de Santa Brígida donde en 1603 casan los vecinos de Tejeda Melchor Gómez, hijo de Alonso Gomez Castrillo y Leonor de Ojeda, con María de Flores. Este sería el cuadro resultante:
 
3. MADGALENA VEGA SUÁREZ
 









¿QUÉ SABEMOS DEL HAPLOTIPO I?
Parece haberse originado en Próximo Oriente y las montañas del Cáucaso no mucho después de la salida de la humanidad del continente africano. Hoy el grupo se distribuye por Europa con niveles en torno al 2% de la población. Aunque es muy raro en el Próximo Oriente el haplogrupo I también pude encontrarse en una franja que va desde el Cáucaso hasta Pakistán. Asimismo ha realizado incursiones relativamente recientes dentro de África encontrándose a niveles del 1% en Etiopía y Egipto.
En Europa este haplogrupo empezó a extenderse después del periodo más frío de la Edad del Hielo, hace unos 20 mil años. Al principio estuvo probablemente restringido a Europa suroriental. Una vez que los glaciares se retrajeron se extendió por casi todo el continente. Trazas de su expansión se observan en las poblaciones célticas de Escocia, Gales, Cornualles y Bretaña en el norte de Francia y de Galicia en el norte de España.
El mapa de distribución señala asimismo una bolsa de efectivos humanos con este haplotipo en Túnez que coincide con la ubicación de Cartago y un foco secundario en el sur de Portugal y España que coincide con la antigua Gades. En uno y otro lugar pueden estar los orígenes de las poblaciones que colonizaron las islas a mediados del primer milenio a.C. arribando a bordo de la armada fenicia grupos humanos que portaban en su ADN algunos de los haplotipos maternos que se encuentran en las momias indígenas CRS, H, HVR, V, J, T3, L3 y U en sus múltiples variantes, incluidas las autóctonas U6b y U6c.
El haplotipo I no aparece sin embargo en la serie de 65 restos indígenas analizados y en los estudios actuales es raro (1% del a población canaria actual). ¿Es su procedencia Iberia sur o el más lejano Túnez? ¿Arribó a la isla antes o después de la incorporación de Gran Canaria a la corona castellana? ¿Las mujeres como Leonor de la Peña que lo portan en Agüimes a principios del siglo XVI eran indígenas o pobladoras europeas? Tal vez la genealogía en esta ocasión pueda ayudar a resolver la cuestión habida cuenta de que el linaje materno llega prácticamente hasta el momento de la transición.
¿QUÉ SABEMOS DE LEONOR DE LA PEÑA?
Tras rastrear las escribanías y los libros sacramentales de Agüimes, Telde y Las Palmas podemos aportar las siguientes notas biográficas sobre esta familia.
Leonor de la Peña y Melchor Hernández su marido tuvieron los siguientes hijos: Alonso Casado nacido hacia 1540 y casado con Anastasia de la Cruz; María Arteaga, casada con Juan López; Bartolomé Cazorla, casado con María Ortiz y más tarde con Clara Ramírez; Catalina Hidalgo, casada con Francisco Hernández y Juan de la Peña que creemos que es el que aparece casado en un protocolo de fines de siglo con María López.
Tenemos pues cinco hijos de Leonor de la Peña y Melchor Hernández con cinco apellidos diferentes, lo cual era bien frecuente en la época, que viven y trabajan en Agüimes en los primeros tiempos del señorío episcopal. Con los datos con los que contamos podemos establecer que Leonor casó en torno a 1540 pudiendo haber nacido en torno a 1520.
De su marido Melchor Hernández tenemos más información en los protocolos del escribano Francisco Díaz Peloz. Aparece con frecuencia como testigo de la firma de distintos documentos desde mediados del siglo hasta 1589 en que aparece por última vez en un reconocimiento de deuda de una viuda, indicándose al pie de la misma que Melchor Hernández, el viejo, era vecino de la villa. Debió vivir muchos años pues son sus hijos varones, Alonso Casado y Bartolomé Cazorla, quienes desde los años 50 ejercen en la Heredad de Aguatona como cofirmantes de los contratos de los acequieros. Melchor Hernández, según se señala en el libro “Pobladores de Agüimes” nace en 1508 y era hijo de Lucía Hernández, de los naturales de las islas.
Pero lo que realmente nos interesa es conocer la identidad de Leonor que es quien porta el haplotipo I cuyo origen tratamos de dilucidar. Nos llegamos a plantear en algún momento del rastreo que el apellido de la Peña en la villa de Agüimes pudiera tener un origen nativo. Nos dio pie a dicha elucubración el curioso contrato ante el escribano de Agüimes que a continuación extractamos:
Juan Rodríguez Cubas, Cristóbal Hernández, Bartolomé Cazorla y Juan López el mozo, como criadores y vecinos de la villa deben pagar a Juan de la Peña, vecino de la villa, 12 dbs. para que acabe con tres perros que matan el ganado salvaje y andan en el barranco de Guayadeque. Agüimes 26 de abril de 1572”.
Hoy sabemos gracias al extraordinario trabajo antes citado de Rodríguez de Castro y García Correa que todos los contratantes, menos Juan Rodríguez de Cubas, son familiares entre sí, y que el cazador contratado, Juan de la Peña, es un hijo de Leonor de la Peña, quien debía de ser un experto conocedor de los riscos del Guayadeque para recibir tal encargo, el cual había de cumplirse entregando las cabezas, con las orejas, de los perros.
Sin embargo hoy conjeturamos que Leonor pueda ser pariente directo del vecino de Telde Juan de la Peña a quien Alonso Ortiz en 1552 le otorga un finiquito en la escribanía de Las Palmas (Protocolos de Luis Fdez Rasco), quedando acreditado en dicho documento que la madre de Juan era Leonor Pérez, viuda, “mujer que fue de Juan Galán, difunto”.
De este personaje pensamos que es la misma persona que reconoce Cebrián Latasa como hombre de las islas y repoblador tardío. Según este autor Juan Galán (Placer) es hijo de Pedro Negrín y de Isabel Rodríguez es decir los abuelos de Juan Alemán el viejo con lo que podríamos hablar, de confirmarse estos enlaces, de un verdadero desembarco de familias de las llamadas de las islas en la Villa Episcopal a principios del siglo XVI previa escala en Tenerife, como se podrá comprobar en el siguiente extracto.
Testamento de Inés de Placer mujer de Juan Fernández Machuca en Tenerife 29 septiembre de 1523 f610r Extracto 1095 Protocolos de Alonso Gutiérrez
Es su voluntad que se le den unas tierras de pan sembrar casas y ganado salvaje que tiene en Fuerteventura a Luis Placer, su nieto, hijo de Isabel Rodríguez y que Juana su esclava negra la haya en mejoría. Manda a Francisco esclavo hijo de la dicha Juana su esclava que sirva asimismo a su nieto durante 23 años y después de cumplidos sea libre. Establece por sus herederos a Luis de Plazer, a Juan Galán, a Inés de Placer y a Bartolomé Sánchez, sus nietos. Y por albaceas a Juan de Armas y a Ibone Fernández Sus hijas son, según se colige del documento, Ana Rodríguez, casada con Francisco Jiménez, e Isabel Rodríguez, esposa de Pedro Negrín, vº de Fuerteventura, a quien ella llama “Perro negro”.
Después de este hallazgo estaríamos en disposición de confirmar que Juan Galán, el padre de Juan de la Peña, es hermano o primo de Luis de Placer el padre de Juan Alemán el viejo, es decir, que Juan de la Peña y su probable hermana Leonor de la Peña son parientes cercanos de Juan Alemán y todos ellos a su vez son de origen majorero y expertos criadores de ganado.

4. Mª JOSÉ GONZÁLEZ PÉREZ











¿QUÉ SABEMOS DEL HAPLOTIPO H?
En el mapa de distribución genética hace 500 años, antes de los viajes interoceánicos y de la conquista de la islas Canarias, este haplotipo H identifica a poblaciones procedentes de Próximo Oriente que después del culmen de la era glacial se extendieron por todo el occidente europeo, siendo hoy el grupo prevalente en este continente. 
La migración de estas poblaciones, como puede verse en el mapa adjunto, no se detuvo en el estrecho de Gibraltar sino que colonizó igualmente el África noroccidental. En la actualidad puede encontrarse por tanto este haplogrupo H en poblaciones bereberes del Magreb. Lo sorprendente en los estudios genéticos que manejamos es que está presente igualmente en un 26% de los restos indígenas analizados. Es decir, que este haplotipo puede provenir de una pobladora europea, de una esclava norteafricana o de una mujer indígena. Alcanzar el techo del 1500 con documentación fiable en este linaje podría llevarnos a la resolución del enigma pero es posible que estemos de nuevo por la dificultad de trazar los linajes maternos, ante un callejón del que no vemos la salida
¿QUÉ SABEMOS DE LEONOR DE OJEDA?
Uno de los hijos de Leonor, Agustín Domínguez de Ojeda, el primogénito por más señas, en su testamento de 1685 nos dice:
Ítem declaro que yo soy hijo legítimo de Juan Domínguez Falcón y de Leonor de Ojeda vecinos que fueron del lugar de Teror y moradores en la villa de Galdar”.
Tenemos pues que Leonor de Ojeda es oriunda de Teror debiendo haber nacido en torno a 1585 pues tuvo a su primer hijo, el ya citado Agustín, en Teror en 1606 quien casaría en Gáldar en 1637 con María de Quintana. El segundo hijo de Leonor, nacido en Gáldar en 1612, se llama como su padre Juan Domínguez Falcón y casará en Gáldar en 1646 con María Ruiz de Herrera y años después con María de Morales. La tercera de la serie es María Lorenzo que nace en Gáldar en 1618 y que casa en la misma localidad en 1636 con un tal Cristóbal Domínguez, hijo de Bastián Domínguez e Inés Hernández. El cuarto vástago fue Diego Domínguez nacido, en 1621, y el quinto Francisco Domínguez, en 1628. De estos últimos, desconocemos las circunstancias vitales.
Hay tantas Leonor a principios del siglo XVII en la isla que no nos atrevemos en este caso a hacer conjeturas. Solo señalaremos que no hemos podido entroncarla por el momento con los Ojeda de Teror y que la única pista que tenemos es el apellido Lorenzo de una de sus hijas que pudiera portarlo su abuela. 

Otra posibilidad que hemos explorado igualmente sin éxito es la de que Leonor de Ojeda sea la nieta que cita en 1600 en su testamento Alonso Gómez Castrillo. Nos referimos a la hija mayor de su hija Inés Hernández y de su primer esposo Benito Martín con quien se casó sin su consentimiento, imaginamos que preñada, de ahí que la niña haya podido nacer fuera de la localidad.

Así mismo, hubimos por nuestra hija legítima a Ynés Hernandes la cual casamos con Benito Martín y por casarse contra mi voluntad no le dimos entonces mas de hasta ciento veinte doblas y el susodicho murió y dejó un hijo y dos hijas y el hijo murió y la dicha mi hija casó segunda vez con Antón de Ávila… y al tiempo que casaron a Leonor de Ojeda, una de las hijas del dicho Benito Martin y de la dicha mi hija le di un pedazo de tierra en Tejeda donde dicen el Rincón…”
 


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