domingo, 30 de noviembre de 2014

METODOLOGÍA PARA LA EXPLOTACIÓN DEMOGRÁFICA DE LOS REGISTROS PARROQUIALES

JESÚS EMILIANO RODRÍGUEZ CALLEJA

Ponencia presentada en el I Encuentro de Genealogía Gran Canaria, 
en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria,
el 20 de noviembre de 2014.
Publicada en Ponencias del I Encuentro de Genealogía Gran Canaria, nº 1 (2015), 
p 51-75. Edit. RSEAPGC y Genealogías Canarias. 
Depósito Legal: GC 368-2015

I.- INTRODUCCIÓN.
El conocimiento demográfico del Antiguo Régimen se estudia por medio de la Demografía Histórica y tiene como fuentes de investigación, casi únicas y esenciales, los registros sacramentales, al menos hasta bien avanzada la segunda mitad del siglo XIX, en que aparece el Registro Civil y los censos y padrones oficiales. La importancia de estas fuentes parroquiales ya ha sido certificada por diferentes autores, alguno de los cuales ha llegado a afirmar que mientras que no se escriban monografías basadas en estos registros, no será posible sacar más que conclusiones provisionales1.
Concilio de Trento. Angelo Massarelli
Los registros sacramentales tienen su inicio oficial en el Concilio de Trento (1545-1563), que impone normas severas para que los párrocos reflejasen los bautismos y matrimonios. Las indicaciones de Trento, al llegar a España se convierten en ley por una Real Cédula de 12 de julio de 1564. Los registros de defunción son más tardíos y su obligación será a partir del Ritual Romano de 1614, impuesto por el papa Paulo V.
Con anterioridad a Trento, algunos obispos ya habían impuesto en sus diócesis la obligación de realizar los registros sacramentales, con la finalidad de determinar las relaciones de parentesco y así establecer los impedimentos matrimoniales. Por tanto, Trento no hizo sino confirmar y hacer obligatoria una norma que ya comenzaba a generalizarse. Avanzado en esta idea fue el obispo burgalés Alonso de Cartagena que en su Sínodo de 1443 ya impuso la existencia de los libros bautismales, aunque el gran impulsor de esta medida, en España, fue el Cardenal Cisneros que en el Sínodo de Talavera (1498) impone la oficialidad de los libros bautismales en la diócesis toledana, aunque hay un precedente anterior con el Sínodo de Alcalá (1490). Posteriormente se irán sumando a estas disposiciones las diferentes diócesis españolas, casos de Gerona (1502), Sevilla (1512) y Valencia (1548).

viernes, 28 de noviembre de 2014

UNA ASCENDENCIA CANARIA DE CINCO SIGLOS: ADN E HISTORIA FAMILIAR ( I )

FANEQUE HERNÁNDEZ BAUTISTA

Ponencia presentada en el I Encuentro de Genealogía Gran Canaria, 
celebrado en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, 
el 22 de noviembre de 2014.
Publicada en Ponencias del I Encuentro de Genealogía Gran Canaria, nº 1 (2015), p 89-114. Edit. RSEAPGC y Genealogías Canarias. 
Depósito Legal: GC 368-2015

SINOPSIS
Partiendo del análisis de ADN de los ocho bisabuelos de mis hijos y de los correspondientes estudios genealógicos en los que llevo años enfrascado, el objetivo de esta ponencia ha sido alcanzar, cuando fue posible, sus ascendientes directos de la generación del 1500, en los difíciles momentos de la transición entre el mundo indígena y el colonial, poniendo en común lo que nos dice la historia y la genética acerca de estas personas que vivieron en las Islas hace cinco siglos y que son los ancestros de todos los grancanarios de hoy.

INTRODUCCIÓN
Son ya más de 30 los artículos o post publicados bajo el epígrafe: “Una ascendencia canaria de cinco siglos” en el blog Genealogías Canarias. En ellos se ofrece el estudio de diversos linajes, generalmente mixtos, en los que, con la muy apreciada colaboración de Juan Ramón García Torres, hemos podido sustentar documentalmente un viaje de cinco siglos por las historia de las islas hasta alcanzar la generación del 1500, es decir, aquellas personas que formando parte de nuestra ascendencia eran ya adultas en ese año por lo que vivieron de cerca los avatares de la irrupción colonial y la aculturación de los indígenas.

martes, 25 de noviembre de 2014

PREGUNTAS SOBRE GENEALOGÍA CANARIA

LEONARDO ARENCIBIA RODRÍGUEZ
Hace algún tiempo he terminado de leer dos recientes ediciones de dos excelentes libros sobre la historia de Gran Canaria: “Cronología y síntesis de la conquista de Gran Canaria”
Monumento a Doramas en Arucas. Foto: wikipedia
de Juan Gabriel Santiago Casañas, y “Abenchara” de Faneque Hernández, con respecto al primero el título me ahorra explicaciones, y en cuanto al segundo, es una novela histórica sobre los últimos años de la conquista de Gran Canaria, teniendo a Abenchara – esposa de Tenesor Semidán ¿el último guanarteme?- como eje principal de la narración.
Llegados a este punto y como aficionado que soy a la historia de Canarias y de la genealogía, paso a describir situaciones y a hacerme preguntas, especialmente sobre la descendencia familiar de los guanartemes.
En las dos publicaciones recientes, y en varias de otros autores que he tenido el placer de leer, se asegura que la sucesión de los guanartemes, ¿o debe decirse guadartemes como asegura Faneque?, solía hacerse por la vía “matrilineal”, recayendo la soberanía en el varón a través de una esposa de sangre real llamada guayarmina. Esto era así, entre otras razones, basándonos en el dicho actual –en boca de una mujer- “Los hijos de mi hija, mis hijos son, los de mi hijo, lo serán o no”.

sábado, 1 de noviembre de 2014

LOS CARTAYAS EN CANARIAS (y VI)

CAMILO J. BARROCAL DÍAZ-FLORES

INTRODUCCIÓN: CARTAYA DÍAZ-FLORES
El propósito de este trabajo no fue otro que saber quiénes fueron mis antepasados y mi deseo de investigación que me introdujo como aficionado en la genealogía, pero también me permitió conocer la historia, la etnología, la antropología, la arqueología, la demografía,
Cartaya, Huelva. Foto: escapadarural.com
etc. con el común denominador de la sociología histórica de Canarias.
Siempre me vi frustrado por la falta de medios, experiencia y la dificultad de ponerme en contacto con otros investigadores y sus trabajos e ir conociendo cómo poder acceder a todas las fuentes primarias que pudieran existir sobre éste apellido. Fue sin duda internet lo que me permitió en un primer momento recopilar información básica necesaria para satisfacer esa curiosidad y ponerme en contacto también con los investigadores que más se acercaban al tema que me interesaba.
En relación con los Cartayas mis primeras informaciones vinieron de la página de genealogía: https://familysearch.org/, de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y posteriormente la página http://genealogiacartaya.wordpress.com/ del investigador sevillano Juan Cartaya Baños denominada: “El apellido Cartaya” y el autor José Antonio Cebrián Latasa y su obra “Ensayo para un diccionario de conquistadores de Canarias”.
Asimismo otro pilar fundamental fue la distribución de los apellidos en España que se encuentra en una página web del Instituto Nacional de Estadística http://www.ine.es/daco/daco42/nombyapel/nombyapel.htm que me permitió ubicar perfectamente en la geografía y en su número, el total de los apellidados Cartaya en España.
Los capítulos precedentes y el actual son producto de toda la información que logré recopilar durante años donde aparecía por múltiples fuentes el apellido Cartaya. Al final conseguí llegar a los antepasados directos más antiguos a lo que conseguí remontarme. He podido constatar con total seguridad la presencia de mi antepasado que nació en el siglo XVI, concretamente hacia 1587, con mi décimo abuelo Diego Rodrigo Hernández Cartaya. A esta información fui guiado, y se produjo, gracias, sobre todo, a la aportación de los magníficos Archivos de Tomás Cruz García que recopiló los apellidos de familias que nacieron, vivieron, poblaron y establecieron su residencia en Arafo, Candelaria, Güímar en el sur de la isla de Tenerife desde el siglo XVI hasta el XX.
Las pérdidas documentales que quedaron suficientemente expresadas en la introducción del primer capítulo, junto con otras razones que allí expuse, me han impedido poder conectar con suficiente rigor a alguno de los personajes mencionados antes de la segunda mitad del siglo XVI con el linaje Cartaya que en el siglo XIX se unirían a Díaz-Flores.

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