miércoles, 10 de julio de 2013

CHAGUEDA, PRIMER MAYORDOMO DEL PATRÓN DE FUERTEVENTURA

LOLA GARCÍA CABRERA

Indagando sobre mi genealogía en las fuentes que formaron la historia de Fuerteventura, tropecé con un hecho unido a uno de mis antepasados que hoy quiero destacar, en honor a esa tierra y a sus gentes que los acogieron, lo mismo en sus acciones que en sus desvelos y fortunas, y en su sueño eterno.
S. Buenaventura en Betancuria. Foto: exploracanarias.com
Se trata del nombramiento de San Buenaventura como Patrón de la isla y fiestas en su honor, hecho que para mí es notorio y digno de ser recordado.
Es usual en el ámbito de los pueblos y ciudades estar bajo patrocinio de algún Santo o Santa, normalmente relacionados con ellos, bien por tradición, nacimiento o de una relación concreta. Es lo que acontece en Fuerteventura, cuyo Patrón es San Buenaventura. El porqué de esta asignación tiene su explicación histórica y documentada, aspectos que paso a relatar; pero antes, y también más adelante en diferentes momentos de este relato, aunque sucintamente, hablaré del que he considerado su personaje principal, de algunos de su familiares más próximos y del apellido que ostentaban, “Chagueda”, pues fue buscándolo, como casualmente encontré lo que me motivó a escribir estas líneas.
Intentando averiguar qué se había escrito sobre dicho apellido, no hallé referencia medianamente fiable para poder determinar cuáles fueron sus orígenes. En Fuerteventura, lo más parecido y lejano lo encontré en sus antiguos protocolos, que mencionaban el apellido “Chaqueda”, el cual, por su similitud, supuse se trataba del mismo; figurando con éste: Chaqueda el viejo, Andrés, Gaspar y Juan Chaqueda, pero sin embargo, a ninguno de ellos pude enlazarlos con los personajes de mi ascendencia, que es la que sigue:
Sobre el último tercio del siglo XVI y primeros años del XVII, en un entorno rural y bajo el régimen señorial existente en Fuerteventura, sitúo a mis antepasados el Capitán de Milicias Don Gaspar Chagueda, hijo de Don Pedro Chagueda y de Doña Antonia Biciosa, y su esposa Doña Andrea Hernández de Cardona, hija de Don Andrés Sánchez y de Doña Florencia Ruiz. Tal período, aunque con referencias escasas, es difícil trasladarlo a unas pocas líneas, pero por la perturbación de la vida, aparentemente pacífica y rutinaria que llevaban sus vecinos, la cual transcurría mediatizada por su trabajo y por sus deberes religiosos, se vieron obligados a vivir diversos acontecimientos que, no cabe duda, influyeron en sus vidas y que supusieron que esa relativa tranquilidad, no lo fuera tanto. Dichos acontecimientos, que muy brevemente menciono, fueron: La disputa entre los Señores de esta isla y los de la isla de Lanzarote, por la titularidad de las mismas; la llegada a la isla del famoso Argote de Molina en el año 1586 como Comisionado del Santo Oficio y más tarde, en 1589 como Capitán General, que originó una gran agitación y falta de obediencia, terminando con la detención de muchos vecinos que fueron trasladados a la cárcel de Las Palmas; el asedio a la isla que en el año 1593 tuvo lugar por la arribada a la misma de varias galeras y bergantines al mando del pirata Xabán Arráez, que arrasó y saqueó a la misma, llevándose cautivos a más de sesenta personas, entre las que se encontraban mujeres y niños y, finalmente, la hambruna, motivada esencialmente por la falta de agua, que ese mismo año y en algunos otros del expresado período, padecería la isla.
En ese contexto vivió el citado matrimonio, durante el cual tuvieron a los siguientes hijos:  
1. Don MELCHOR HENÁNDEZ CHAGUEDA, que sigue la línea y es protagonista de esta historia.
2. Doña FRANCISCA HERNÁNDEZ, que casó con Don Francisco López de Vera, hijo del Gobernador de las Armas Don Luís Perdomo de Vera y de Doña María Fidalgo.
3. Doña FLORENCIA RUIZ, que casó con Don Marcos Rodríguez de Sanabria, hijo de Don Juan Rodríguez y de Doña Lucía de Sanabria.
4. Don ANDRÉS SÁNCHEZ CHAGUEDA, que casó con Doña María de Escala, hija, como el anterior, de Don Juan Rodríguez y de Doña Lucía de Sanabria.
5. Don PEDRO HERNÁNDEZ CHAGUEDA, que casó en 1614 con Doña Ana Sánchez.
6. Doña MARÍA CANDALERIA, que casó con Don Gonzalo Francisco, hijo de Don Manuel Francisco y de Doña Lucía González, naturales del Reino de Portugal, y
7. Doña MAGDALENA HERNÁNDEZ, que casó con Don Baltasar Hernández Sanabria.

El Capitán Don Melchor Hernández Chagueda nacido en 1º de Septiembre de 1591, fue Gobernador político y militar de Fuerteventura, Juez Ordinario, Alcalde Mayor, Alguacil Mayor y Maese de Campo de esa Isla, Familiar del Santo Oficio, calificado por aquel Tribunal en auto de 10 de Julio de 1631, casó con Doña Isabel Hernández Mellian de la Peña, hija de Don Gaspar Hernández Peña “El Viejo” y de Doña Eva González Francés. Tuvo tierras en Enduque, Tabaibe, Rio Palmas y Betancuria.
Pero ¿cómo se desarrollaron los hechos? Tras la conquista de la isla, cuyo proceso transcurrió durante los primeros años del siglo XV, por motivos estratégicos para la defensa y también por la existencia de agua y vegetación, se inició una etapa de asentamiento en Betancuria que tuvo un gran impulso repoblador, compuesto por los colonos europeos y una parte de la población aborigen que sobrevivió a la conquista. En dicha Villa, la cual había recibido su nombre en honor al conquistador Jean de Bethencourt, se asentaron, además de los Señores territoriales, las principales autoridades civiles, militares y religiosas, la institución concejil y demás órganos de gobierno de la isla.
En 1416, estando ya levantada la Iglesia de Santa María en Betancuria, los monjes
Convento de S. Buenaventura. wikimedia.org
franciscanos, procedentes de Castilla, construyeron un convento en honor a San Buenaventura, pero por qué fue este Santo el elegido; como hemos dicho, tiene su explicación histórica. Primeramente ¿quién fue San Buenaventura? Para encontrar referencias es obligado trasladarse a algún Santoral de la Iglesia Católica, de los varios existentes, donde se relata la vida de los Santos. De uno de ellos extraemos lo siguiente:
Nació alrededor del año 1218 en Bagnoregio, en la región toscana; estudió filosofía y teología en París y, habiendo obtenido el grado de maestro, enseñó con gran provecho estas mismas asignaturas a sus compañeros de la Orden franciscana. Fue elegido ministro general de su Orden, cargo que ejerció con prudencia y sabiduría. Escribió la vida de San Francisco. Fue creado cardenal Obispo de la diócesis de Albano, y murió en Lyon en el año 1274. Escribió muchas obras filosóficas y teológicas. Conocido como el "Doctor Seráfico" por sus escritos encendidos de fe y amor a Jesucristo.
Sin duda fueron los antecedentes de este Santo los que indujeron a los monjes franciscanos a levantar el convento en su honor, considerándose desde aquellos momentos el Santo protector de esa Villa. El Convento fue ampliado posteriormente por Diego García de Herrera y Ayala, sobre el año 1455, el cual sería saqueado, y destruido más tarde, como consecuencia de la ya citada invasión de Arráez Xabán en 1593. Aunque lo que se conserva en la actualidad es fruto de la reconstrucción que se realizó tras la invasión del pirata.
Dos siglos más tarde, en la sesión celebrada por el Cabildo el 9 de Julio de 1625, a petición del Personero y gentes de la isla, se trató sobre la fiesta de San Buenaventura, que según las noticias que el Cabildo había recibido de personas ancianas, ya solía hacerse en honor a este Santo, por haberse ganado la isla en su día.
Llegado a este punto he de hacer un inciso aclarando que no he hallado documentación que pueda darme información sobre lo que aconteció desde el día que se proclamó la definitiva conquista de la isla hasta esta Sesión del Cabildo y es difícil colmatar esta laguna, pero la expresión que se hace durante la misma, “por haberse ganado la isla en su día”, que se reproduce en otras sesiones de años posteriores e incluso en la de siglos venideros, no la veo fundamentada; no siendo aventurado adelantar como hipótesis de posterior revisión, que el día de la festividad de San Buenaventura, 15 de Julio, o 14 como se dice en los acuerdos del Cabildo, no es el mismo en el que se ganó la isla.
Retomando lo que acontecía en la expresada sesión, el Cabildo consideró justo lo que se pedía, acordando la reanudación de la fiesta, declarar desde ese momento al Santo como Patrón de la isla, y solicitar al Obispo Fray Juan de Guzmán, darle por día de fiesta, quien lo otorgaría en 8 de Octubre siguiente. Acordándose asimismo se vistiese al Santo y que todos los años se nombrase un Regidor por Mayordomo, al que se daba comisión para que hiciese la fiesta, conforme a las posibilidades económicas del Cabildo y de los bienes que tuviese dicho Santo.
Ese mismo mes, el Cabildo celebraría otras dos sesiones, los días 9 y 15, ampliando el acuerdo anterior, acordándose que desde ese momento y perpetuamente se dijese misa y procesión en el Convento; dar 20 reales cada año de los propios del Cabildo a la comunidad del Convento para contribuir a los gastos de la conmemoración, y que todos los días de su fiesta fuesen los representantes del Cabildo hasta el Convento, llevando consigo el Pendón que para ese efecto se había hecho. Acordando también nombrar al Alguacil Mayor y Regidor perpetuo Melchor Hernández Chagueda, Mayordomo, el cual tendría el honor de ser el primero en este cargo, a quien se entregó el pendón.
Ignoro cual fue el motivo por el que el Cabildo se declinó por este nombramiento, pero es posible que, entre otros factores, tuvieran presente la implicación de Melchor Hernández en el aspecto religioso, pues ya en 20 de enero de 1625, cuando es elegido Alcalde Mayor, se destaca en su nombramiento su celo y cristiandad.
Danza de las espadas en Alosno (Huelva). Foto: Huelvapedia
Tras conceder el Obispo el día como festivo, la proclamación del Santo como Patrón de Fuerteventura se hace con gran pompa y así, el día 1 de Noviembre de ese mismo año en la puerta principal del Convento de Betancuria, ante gran número de vecinos que allí se concentran, con las milicias a caballo formadas, con dos cajas de guerra y repique de campanas y tambores, el dicho Alguacil Mayor, todos a caballo, sacó el pendón del Bienaventurado Doctor de la Iglesia San Buenaventura, Patrón de la isla, y el pregonero público de la misma, difundió a voces que conforme a lo ordenado y mandado por el Sr. Obispo Fray Juan de Guzmán, el día del Santo era día festivo y de guardar. Ya desde entonces la festividad se celebró año tras año en el Convento, pagada por el Cabildo, que acudía en pleno junto a las milicias insulares a tambor batiente y vecinos de toda la isla. Fue muy importante para su celebración el aspecto económico, siempre escaso y así, 16 años más tarde, el 8 de julio de 1641, reunidos los Señores del Cabildo, entre los que aún se encontraba el Regidor Melchor Hernández Chagueda, celebraron sesión en la que trataron sobre la próxima fiesta de San Buenaventura, que tendría lugar el 14 de Julio, acordando nombrar al también Regidor Sebastián Dumpierrez para que cuidara de que la iglesia y calles se enramaran y que hubiera la danza de espadas como era
costumbre en la isla. Ofreciendo el Regidor Melchor Hernández Chagueda la mitad del costo que tuviera la fiesta.
Durante el matrimonio, Don Melchor y Doña Isabel, tuvieron los siguientes hijos:
1. Don FELIPE DE SANTIAGO.
2. Doña MARÍA HERNÁNDEZ, que nació el 12 de Agosto de 1623.
3. Doña ANA SÁNCHEZ MELLIAN, que casó con el Capitán de Milicias de la Isla, Don Juan de León y Cardona.
4. Doña MARÍA EVA GONZÁLEZ CHAGUEDA MELLIAN, que sigue la línea.
5. Don SALVADOR HERNÁNDEZ CHAGUEDA, y
6, Don MELCHOR HERNÁNDEZ CHAGUEDA, del mismo nombre y apellidos que su padre.
La última sesión del cabildo donde nos encontramos a Melchor Hernández (padre), es la del 15 de Julio de 1641 y en la siguiente, celebrada tres días más tarde, comparece el mayor de sus hijos, Felipe de Santiago, presentando renuncia del oficio de Alguacil Mayor, que por escritura le hizo a su favor su padre. Acordándose en la misma, fuese recibido al uso de tal oficio Felipe de Santiago, quien aceptó y prestó el juramento correspondiente, a quien ordenaron que como tal alguacil mayor se sentase en el primer lugar, lo cual hizo.
En cuanto a mi ascendiente, Doña María Eva González Chagueda Mellian, mencionada ya en este Blog, MORALES, OTRO ESLABÓN MAJORERO, nació el primero de septiembre de 1630 y casó en 1650 con Don Juan Matheo de Cabrera Sanabria y Bethencourt que fue Capitán de Milicias de esa isla y Regidor de su Ilustre Cabildo. Ya viuda, fundó capellanía el 15 de julio de 1685, junto con el Capitán Don Gines Cabrera Bethencourt y el Capitán Don Luís Cabrera Gutiérrez. El matrimonio tuvo nueve hijos, pero ninguno de ellos, ni de sus descendientes, en cuanto a mi línea ascendente se refiere, volvió a llevar el apellido Chagueda.
No quiero finalizar sin referirme a dos cuestiones; la primera a la imagen del Santo; la segunda a la trayectoria de su festividad.
En la sesión que celebra el Cabildo el 12 de julio de 1665, días antes de la festividad, se dice que habiendo llegado a la isla el religioso franciscano, Fray Andrés de la Concepción, con una imagen de San Buenaventura, por la falta que había en el Convento y ser Patrón de la isla, por haberse ganado en su día, acordaron agradecerlo, dándole 50 reales.
En base a ese acuerdo, hay autores que entienden que no hubo imagen de San Buenaventura hasta ese momento; sin embargo no comparto esa teoría, pues como se dijo más arriba, en la sesión del Cabildo de 9 de julio de 1625, entre otros asuntos relacionados se dice, asimismo acuerdan se vista dicho Santo, por lo que es de suponer que existía y que en algún momento, que no quedó reflejado en los acuerdos posteriores del Cabildo, la imagen desapareció o fue trasladada a cualquier otro lugar, religioso o no, por alguna circunstancia que desconozco.
Conforme transcurrieron los años, las Actas del Cabildo siguieron haciendo mención a estas fiestas, en lo relativo a su consignación presupuestaria y en algunos momentos a la escasa concurrencia de la gente, llegando incluso –se dice en algún acuerdo del Cabildo- a haber años que no hubiera quien cargase con el Santo; achacándose ese desinterés, en gran parte, a que no acudía a la procesión el Regimiento de milicias, como desde tiempo inmemorial había sido costumbre; tradición que volvió posteriormente a recuperarse, perdurando la fiesta hasta nuestros días.
FUENTES
- Acuerdos del Cabildo de Fuerteventura, de Roberto Roldán Berdejo y Candelaria González.
- Archivo del Museo Canario. Acuerdos del Cabildo de Fuerteventura.
- Los Antiguos Protocolos de Fuerteventura (1578-1606), de Manuel Lobo Cabrera.
- Nobiliario de Canarias, edición Juan Régulo Pérez. La Laguna 1952.
- BienMeSabe.org, Revista nº 475.
- Número 297 de la página de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.
- Blog de Etnografía de Fuerteventura, Roberto Hernández Bautista y Fabio Herrera Melián.

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